lunes, 17 de mayo de 2010

La sensibilidad de Elgida Ávila

Casi de casualidad,encontré algo que me llamó la atención.En realidad era algo que alguien queria compartir conmigo y me invitó a descubrirlo.Era un texto sobre una imagen de Michael,no era lo normal,lo que siempre se suele ver buscando cosas por la red son fotos o vídeos con los mejores momentos de su vida o por el contrario las imágenes inéditas que tanto nos gusta encontrar.
Abrí el archivo y empecé a leer.A medida que iba dejando atrás frase trás frase,Una sensación recorria mi cuerpo,en mi garganta se hacia un nudo y mis ojos tenian que hacer un esfuerzo para teminar de leer sin venirse abajo.
Desde el primer momento,la autora del escrito me cautivó.Tal vez influyó el estado de ánimo en el que me encontraba en ese momento,y el texto concreto que leí me resultó especialmente sensible.
Enseguida,empecé a buscar mas textos de la autora e indagar en su trabajo.Encontré su página web:http://www.diamantesliterarios.com.ar/frames.htm y descubrí un tesoro lleno de joyas,con un apartado especialmente dedicado a Michael.
Me puse en contacto con ella para mostrarle mis sentimientos a su trabajo y le pedí permiso para compartir su arte por medio de este humilde blog.

Click en las imagenes para ampliarlas.

Este es el primer texto que leí de la autor,el que me cautivó.


La autora es la escritora argentina Elgida Avila,que aceptó amablemente a que incluyese parte de su obra en el blog.Voy a poner algunos trabajos dedicados a nuestro querido Michael,pero recomiendo la lectura de cualquier texto que aparece en su sitio web,personalmente me encanta el apartado de poesias,A final de esta entrada voy a incluir una que me ha gustado mucho titulada "El niño de la calle".En esta página se pueden conocer los libros publicados por Elgida,así como conocer el resto de su trabajo.






EL NIÑO DE LA CALLE

Pancitas chiflonas de los niños pobres
-¿Señora no tiene algo que le sobre?-
Naricitas sucias, ojos pedigüeños,
manos extendidas de niños sin dueño.
Van de casa en casa pidiendo pan
que no siempre dan, caritas curtidas,
miradas punzantes, pancitas vacías.
Viejitos pequeños que van posponiendo
el arte de jugar.
Un café con leche con torta del día
es un sueño caro, zapatos y ropa,
ni chica ni grande, sería un milagro.
Y como al rescoldo hornearán despacio
la cruel rebeldía; niños inocentes
de padres culpables y país que no mira.
Yo que tengo poco quiero compartirlo
-¡llamen a mi puerta!-
Porque dar es bueno, se aliviana el alma.
Pancitas chiflonas de los niños pobres
-¿Señora no tiene algo que le sobre?-


¡ GRACIAS ELGIDA POR TU SENSIBILIDAD Y POR DARME LA OPORTUNIDAD DE COMPARTIRLA !

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